BREAD TO WIN / EL SUSTENTO PARA GANAR
Bread to win
Hard work and training push elite athletes to the Edge of their ability, but genetics also plays a key role in their ultimate performance, explains Becky McCall.
Australia has high hopes for Sean Wroe at the London Olympic Games in 2012. His team won gold in the 4x400 m relay at both the 2006 and 2010 Commonwealth Games, plus he’s a two-time Australian national Champion in the 400 m sprint: once in 2007 and again in 2009. Wroe attributes his elite athletic status to hard work – 10 two-hour sessions a week – and a positive attitude.
No one would doubt that Wroe was born with a natural athletic ability. “My Japanese grandmother claimed that my sporting talents came from her because when she was younger she represented her high school to make her prefecture championships.”
Wroe’s rise to the elite of Australian sport came without the help of genetic testing, but things may be different for the next generation of athletes as evidence of genetic contributions to athletic performance grows.
You’ve only got to cast your mind back to the 2008 Olympics to be wowed by the genetic factor. Most of the running events were won by Africans – East Africans ( Kenyans and Ethiopians) took out the long distance events while those with West African roots, such as Jamaican Usain Bolt, dazzled with blazing Speedy over the 100m sprint.
Enviromental also delivers an obvious advantage. East African children spend their childhood running and being reared on wholesome, low –fat diets, but many, such as Kenyan Sports scientist Vincent Onywera, believe there’s something extraordinary about East African genes. Ninety per cent of East African runners come along from the high altitude areas along the Great Rift Valley. “These runners have something unique which makes them different to the resto f the population, possibly genetically”, says Onywera, from the Kenyatta University in Nairobi. So can we track down what some of these genes are?
Mining the windfall of genes now accesible from the human genome, scientists have pinned down about 200 genes related to athletic performance and they’ve now pinned down how some of the key athletic indicators of success are strongly determinated by genes. Ford instance, in the variation in lean muscle mass, genes explain 50 to 80%.
With the enormous pressure for countries to identify and train youngsters with elite potencial, talent scouts are chafing at the bit for the era of genetic testing to begin in earnest. “We are in the Business of sporting excellence. It won’t replace a vertical jump test (essentially the difference between your reach standing and dumping), but genetic information will give us the maximum knowledge to make the right decision,” says Jason Gulbin, who heads the Australian Institute of Sport’s (AIS) talent identification program.
Genes also go along way to determining an athlete’s muscle type. You can pick a mesomorph, a person with a high percentage of muscle relative to their length and the amount of fat they carry. But it’s not just how much muscle a person carries; the muscle type itself varies. The muscles that propel the skeleton are composed of bundles of thin fibres. If dissected out from a thigh muscle for instance, an individual fibre- actually a single giant cell - is about 0.1 mm in diameter and runs the lenght of the muscle, up to 30 cm long. To the eye, these fibres all look alike, but they perform differently because or their Reliance on different fuels.
Genetic testing for selection rather than success in training i son the cards, says John Dupré, a philosophy of science , “I dont think we would use race, but we might, at some point, have complicated genetic tests that segment people into different streams of athleticism. It’s not inconceivable.”
There will ever be a gene test for the ‘mongrel factor’ or blind determination. “This is an art as much as a science. We’re trying to profile an entire individual.” Wroe agrees: “The right genetics would be a huge benefit, but if you have genetics and no drive, you’re not going to be successful.”
El Sustento para ganar
El trabajo duro y la formación impulsan a los deportistas de élite hasta el borde de su capacidad, pero la genética también juega un papel clave en su máximo rendimiento, explica Becky McCall.
Australia tiene grandes esperanzas en Sean Wroe para los Juegos Olímpicos de Londres en 2012. Su equipo ganó el oro en el relevo 4x400 m, tanto en el 2006 y 2010 en los Juegos de Commonwealth, además de que es dos veces Campeón Nacional de Australia en 400 m: una vez en 2007 y nuevamente en 2009. Wroe atribuye su estado atlético de élite al trabajo duro - 10 sesiones de dos horas a la semana, y una actitud positiva.
Nadie duda de que Wroe nació con una habilidad atlética natural. "Mi abuela japonesa afirmó que mis talentos deportivos venían de ella, porque cuando era más joven representó a su escuela secundaria en campeonatos de prefectura".
Wroe ascendió a la élite del deporte australiano y llegó sin la ayuda de las pruebas genéticas, pero las cosas pueden ser diferentes para la próxima generación de atletas a medida que crece la evidencia de las contribuciones genéticas al rendimiento deportivo.
Sólo basta con llevar su mente a los Juegos Olímpicos de 2008 que se enloquecieron por el factor genético. La mayoría de los eventos de carreras fueron ganados por africanos – Africanos del este (los keniatas y etíopes) ganaron los eventos de larga distancia mientras que aquellos con raíces de África occidental, como el jamaicano Usain Bolt, deslumbró con increíblemente rápida carrera de los 100 m.
El medio ambiente también ofrece una ventaja evidente. Los niños de África del este, pasan su infancia corriendo y siendo criados saludablemente, dietas bajas en grasa, pero mucha gente, como el científico de deportes keniano Vincent Onywera, creen que hay algo extraordinario en la genética del África oriental. Noventa por ciento de los corredores de África occidental procede de las zonas de gran altitud a lo largo del Gran Rift Valley ."Estos corredores tienen algo único que los hace diferente al resto de la población, posiblemente sea genético", dice Onywera, de la Universidad Kenyatta en Nairobi. Por tanto, ¿podemos rastrear lo que algunos de estos genes son?
Los científicos han encontrado aproximadamente 200 genes relacionados con el rendimiento atlético e identificaron como algunos indicadores atléticos claves del éxito están fuertemente determinados por los genes. Por ejemplo, los genes explican 50 a 80% la variación en la masa magra del músculo.
Con la presión enorme de los países para identificar y entrenar a jóvenes con potencial , los buscatalentos se irritan con la era de pruebas genéticas que ha iniciado sus ganancias. “Estamos en el Negocio de la excelencia deportiva. Esto no sustituirá una prueba de salto vertical (esencialmente la diferencia entre su posición de alcance y versatilidad), pero la información genética nos dará el conocimiento máximo para tomar la decisión correcta,” dice Jason Gulbin, que encabeza el el programa de identificación de talentos del Instituto Australiano del Deporte.
Los genes también van por el camino a la determinación del tipo de músculo de un atleta. Se podría escoger a un mesomorfo, una persona con un alto porcentaje de músculo con relación a su altura y la cantidad de grasa que ellos poseen. Pero no es sólo cuanto músculo tiene una persona; el tipo de músculo varía en sí mismo. Los músculos que impulsan al esqueleto son formados de paquetes de fibras delgadas(muy finas). Por ejemplo, si se disecciona una fibra a partir de un músculo de un muslo, realmente una sola célula gigante – que es de alrededor de 0,1 mm de diámetro y se recorre la longitud del músculo hasta los 30 cm de longitud- A simple vista todas las fibras parecen iguales, pero actúan de forma diferente porque su dependencia de combustibles es totalmente diferente.
Las pruebas genéticas para la selección de atletas están en la mira más que el éxito en el entrenamiento Dice John Dupré, filósofo de la ciencia. “ No creo que podremos usar la raza, pero, en algún punto, podríamos tener pruebas genéticas más complicadas que clasifiquen a la gente en corrientes diferentes del atletismo. Es bastante concebible.”
Habrá alguna vez una prueba de genes del ‘factor mestizo’ o la cegará la determinación?. “Esto es un arte tanto como una ciencia. Tratamos de describir a un individuo entero.” Wroe está de acuerdo: “La genética correcta sería una ventaja enorme, pero si la persona tiene la genética y ninguna guía entonces no se va a tener éxito.”.
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